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Reportajes

El IBEX 35 a la espera de las elecciones

Mucho hemos leído y escuchado estos días sobre las elecciones y su efecto sobre los mercados financieros. Que si el IBEX 35 está pendiente de las urnas, que si las bolsas no atienden a este factor, que si el ascenso de los populismos de Vox o unidas podemos sube la prima de riesgo. Argumentos a favor y en contra y la verdad es que ni tanto ni tan poco. Las elecciones son al final un factor más del que están pendientes los inversores, es evidente que sí, pero sería pretencioso situarlo por delante de otros focos que están afectando y mucho a las bolsas globales.

 

En España, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter o Cellnex advierten a sus inversores del peligro de la incertidumbre y de la fragmentación política para sus negocios de cara a las elecciones del 28-A.

Estas entidades alertan del impacto en la economía del periodo incierto que se presenta, en el que es muy posible que no se pueda formar Gobierno o que éste no sea estable ni tenga la mayoría que le permita aprobar las reformas que necesita la economía.

Por su parte, los inversores de la City de Londres siguen con relativa tranquilidad las elecciones generales en España, al entender que la fuerte fragmentación parlamentaria dificultará grandes cambios en política económica, evitando un enfrentamiento con Bruselas al estilo italiano.

Sin embargo, otros analistas han empezado a advertir de que el veredicto final de los comicios del 28 de abril, puede ser más peligroso para el mercado de lo previsto. Muchos bancos de negocios, a la luz de las últimas encuestas, descartan un potencial Gobierno de centro derecha con PP y Ciudadanos apoyados por Vox, y ven más probable una coalición de PSOE y Podemos o un bloqueo total que lleve a otras elecciones este mismo año.

Un ejemplo de esto es es el ligero repunte de la prima de riesgo de España en las últimas dos semanas, al pasar de 99 a 108 puntos básicos. Esta subida coincide con el consejo lanzado a los inversores por JPMorgan de vender bonos españoles y comprar los de Alemania, como forma de "protección táctica" ante las elecciones del 28A.

Además, sí que hay algunas cosas ciertas sobre el IBEX 35, que deberíamos tener en cuenta de cara a esta semana si no queremos llevarnos alguna que otra sorpresa. La primera es que el selectivo ha cerrado en negativo siempre el día después de las elecciones las 8 veces que los españoles hemos ido a las urnas desde que se creó la lista con las 35 mayores cotizadas de nuestro país en 1993. De media un 2,7%, las dos últimas un 3,6% y un 1,8% en 2015 y 2016 respectivamente.

La segunda es que el viernes antes de los comicios tampoco suele ser bueno para la bolsa con pérdidas medias cercanas al 2% y solo 3 cierres en positivo. Y la tercera y última es que a los inversores lo que más les preocupa es la incertidumbre que puede dejar un resultado poco claro o incierto como pasó después de las elecciones del 20 de diciembre de 2015.

Por lo tanto, les deseamos que tengan una gran jornada de reflexión y a pesar de la incertidumbre, les damos una exclusiva, ningún partido va a obtener mayoría absoluta y lo único que parece evidente es que la necesidad de una política de pactos y alianzas ha venido para quedarse.

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¿Hay vida después de Mario Draghi?

A pesar de todos los errores cometidos en el pasado, si la Eurozona sigue existiendo es, en buena parte, gracias al italiano que ha presidido la entidad central europea desde el año 2011. En octubre se acabará el mandato del hombre que salvó el euro con su "whatever it takes" en 2012.

La promesa de Draghi de salvar al euro, se ganó la confianza de los mercados financieros y detuvo la crisis de deuda del bloque monetario. Los inversores admiraron su voluntad de abrir nuevos caminos en materia de política monetaria y la clara comunicación de las ideas del BCE.

Con el crecimiento y la inflación de nuevo en declive, y el arsenal político del BCE agotado, quienquiera que lo suceda tendrá que ser igualmente audaz. El temor de muchos Estados miembros, pero también de inversores y otros actores, es un giro total en la estrategia del BCE, que no se debería solo al cambio del presidente, sino que sería propiciada por un dominio hawkish.

La elección del próximo presidente del BCE como un acto aislado, estará condicionado  por los nombramientos en la cúpula de la UE, donde en muy poco tiempo se escoge además al presidente de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo y, unos meses después, del Consejo Europeo.

Hawkish vs Dovish

Jens Weidmann, presidente del Bundestag, es considerado el más importante de los hawkish, los que son más favorables a que el BCE se mantenga pegado a su mandato, que se limita a mantener el nivel de inflación. Las opciones de Weidmann decayeron en los últimos meses, pero parece resurgir poco a poco.

Por el otro lado, encabezando a los dovish, está François Villeroy, gobernador del Banco de Francia. Weidmann sabe que lo tendrá muy difícil porque es visto como demasiado ortodoxo y duro para prácticamente todos, y eso está haciendo que aparezcan otros nombres, como el del exgobernador del Banco central de Finlandia, Erkki Liikanen, o su actual sucesor en el cargo, Olli Rehn.

En cualquier caso, y por encima de nombres, muchas de las voces en Bruselas están de acuerdo con que lo fundamental será tener un BCE valiente, dispuesto a ser flexible. Es decir, un BCE como el que hemos tenido con Draghi y no como el que tuvimos con Jean-Claude Trichet.