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El gobierno británico preocupado por si el sustituto de Carney es más “hawkish” y dificulta el apoyo durante el Brexit.

El ministro de finanzas de Reino Unido, Phillip Hammond, mantiene duras negociaciones con el Banco de Inglaterra en un claro intento por ampliar el mandato de Mark Carney algo más allá de junio de 2019. El temor es claro, que un teórico sustituto abogue por acelerar el ritmo de subidas de tipos mientras se certifica un Brexit que mantiene serias posibilidades de cerrarse sin acuerdo.

El proceso de relevo al frente del Banco de Inglaterra debería de afrontarse con algo más de normalidad. Mark Carney termina su mandato el próximo mes de junio de 2019, después de que aceptase extenderlo un año más en 2016, para mantenerse en el cargo al menos hasta que se hiciese efectivo el Brexit. Y ese es precisamente el problema, la salida de Reino Unido de la Unión Europea se hará efectiva en marzo de 2019, coincidirá casi en el tiempo con el mandato de Carney, y las todavía muchas opciones de que sea sin un acuerdo encima de la mesa ponen en perspectiva la necesidad de que la política monetaria continúe dando apoyo a la economía en caso necesario. Un mensaje que ha repetido casi hasta la saciedad el actual gobernador del organismo, retrasando incluso en el tiempo posibles subidas de tipos que el mercado daba ya por hecho ante los buenos fundamentales de la economía una vez que se va dejando atrás una de las peores crisis financieras que se recuerdan. Desde que llegó al cargo en el año 2013, Carney ha acometido dos subidas de tipos de interés, la primera en otoño de 2017, el primer movimiento al alza en 10 años, y el segundo el pasado dos de agosto, cuando la presión del mercado, que venía anticipando subida de tasas ya dos o tres reuniones consecutivas, se hizo ya insoportable y le forzó a elevar las tasas hasta el 0,75%, las más altas desde el año 2009. Eso sí, disfrazado de “dovish” en su discurso, en el que insistió en que deben de seguir dando soporte a la economía mientras se certifica el Brexit y alejando en el tiempo todo lo que pudo la próxima subida de tipos de interés. Esa línea en su discurso es precisamente la que no quiere perder el gobierno británico, temeroso a que alcance el poder de la política monetaria alguien de perfil más “Hawkish” que Carney, y ponga en marcha un ritmo de subida de tipos algo más acelerado como aguarda ya parte del mercado. Por eso, el ministro de finanzas, Phillip Hammond, estaría tratando de que alargase su mandato otro año más, y así asegurar que haya o no acuerdo, el Banco de Inglaterra continúe dando apoyo a la economía británica en su salida del club comunitario europeo.