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Irán y EEUU juegan con fuego y disparan el precio del crudo

La tensión entre Irán y Estados Unidos sigue aumentando. Dos buques petroleros, uno noruego y el otro japonés, fueron atacados ayer en el golfo de Omán, cerca del estrecho de Ormuz, por donde circula el 40% del petróleo mundial. El precio del crudo, en consecuencia, se disparó un 4% y lo mismo hizo el peligro de una confrontación directa entre los dos países.

Aunque se sospecha que el país culpable de la agresión ha sido Irán, Teherán niega cualquier implicación en el suceso y lo califica de "sospechoso", sugiriendo la posibilidad de que se trate de un ataque de falsa bandera, al igual que hiciera con los golpes a las instalaciones saudíes y el sabotaje a cuatro barcos en el área hace unas semanas.

Por su parte, en una breve rueda de prensa en Washington, Mike Pompeo acusó a Irán del ataque a los dos cargueros y basó su afirmación en datos de la inteligencia norteamericana, el tipo de armas empleadas y la habilidad necesaria para cometerlos, una “sofisticación” que no está al alcance de ningún otro grupo rebelde en la región.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamed Javad Zarif, declaró que era “muy sospechoso” que los ataques a los dos petroleros hubieran coincidido con las “amistosas y extensivas conversaciones” entre Abe y Jamenei, dando a entender que Irán es el último interesado en boicotear el diálogo.

Tanto Estados Unidos como Irán tienen intereses en culpar a la otra parte de este ataque. Por un lado, a Washington le conviene responsabilizar a Teherán para presentarse como un garante de la seguridad internacional con el objetivo de debilitar su posición y facilitar que el resto de los países petroleros intenten elevar su producción en los próximos meses para ganar cuota de mercado a costa del embargo a las exportaciones iraníes.

Por otra parte, Irán puede tener interés en generar inseguridad en el estrecho de Ormuz, por el que discurre el 30% de las exportaciones mundiales, incluyendo buena parte del suministro de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait, Bahréin o Qatar, para forzar a estos países a mantener la restricción a las exportaciones petroleras y no hacer sangre de los problemas iraníes.

Mientras tanto, las principales potencias mundiales siguen de cerca lo acontecido. La Casa Blanca ha dicho a través de un comunicado recogido por France Presse que "el presidente ha sido informado sobre el ataque a los barcos en el golfo de Omán y que el Gobierno de Estados Unidos ofrece su ayuda y continúa evaluando la situación". Rusia, sin embargo, advierte sobre el peligro de llegar a conclusiones prematuras porque "es demasiado pronto" para saber qué o quién está detrás del supuesto ataque.