Las tensiones entre China y EEUU se recrudecen a pesar de la llegada de Biden
La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca con la consiguiente salida de Donald Trump, parecía aliviar las tensiones y alimentó las esperanzas de que la guerra comercial se suavizase y pudiese terminar de forma amistosa a medio plazo.
Sin embargo, las primeras decisiones de Biden y de la Cámara de Representantes, no parecen apuntar en esa dirección y todo apunta a que esta historia todavía dista mucho de acabar.
Las últimas horas han disparado las dudas y han elevado las tensiones, tras la decisión de la administración Trump de imponer nuevas reglas para restringir los viajes a EEUU de miembros del Partido Comunista Chino y sus familias inmediatas.
La nueva medida, que entró en vigor de inmediato, limita la validez máxima de las visas de viaje para los miembros del partido y sus familias a un mes y una sola entrada
También ha contribuido la decisión que tomó la Cámara de Representantes para expulsar a las cotizadas chinas que no comulguen con los auditores. De esta forma, las empresas chinas y sus auditores tendrán tres años para cumplir con las inspecciones antes de que entre en vigor la potencial prohibición comercial y su consecuente expulsión de los mercados bursátiles de EEUU.
Además, Joe Biden, lejos de calmar las aguas y bajar el tono, ha apuntado que la retirada de los aranceles al país asiático no será inmediata y que el objetivo de su Gobierno será poner coto a "las prácticas abusivas" de Pekín, tales como la substracción de propiedad intelectual, el dumping de productos, los subsidios ilegales a las empresas y la obligación de transferencias de tecnología.
Todavía es muy pronto para intuir o analizar como va a influir la llegada de Biden en este conflicto, pero sí que podemos adivinar que esta historia todavía está lejos de su final.