Carrillon se prepara para su lidiquidacion despues de no poder ser rescatada

 Carillon, uno de los principales grupos construcción y servicios de Reino Unido, ha anunciado hoy su entrada en un proceso de liquidación, al no poder afrontar la deuda financiera superior a los 900 millones de libras (1.015 millones de euros)

La bancarrota de la empresa es un duro golpe para el país que factura 4.000 millones de libras anuales, tiene implicaciones para el sector constructor de Reino Unido y para todo el país. Carillon emplea a 43.000 personas y es uno de los principales contratistas del Gobierno; figura entre los adjudicatarios para instalar la nueva línea de alta velocidad y gestiona servicios públicos de escuelas, hospitales, prisiones y el Ejercito.

La empresa ha pedido a un tribunal que designe un liquidador judicial que gestione el proceso, en el que se espera que PwC, la gestora y consultora mas importante del mundo, se encargue de la gestión de los activos de la compañía hasta que sean vendidos o clausurados. El principal objetivo inicial es mantener los servicios a las administraciones públicas.

Hasta ayer mismo los bancos acreedores se ofrecieron a restructurar la deuda y dar una nueva financiación a corto plazo. Pero al final las entidades rechazaron un salvavidas a Carillion, al entender que el plan de negocio elaborado por sus ejecutivos no les permitía salir adelante. El gobierno británico ha rechazado ayudar también a la constructora.

Para reducir la deuda en las próximas semanas es mas probable que se vaya a un troceo y venta de los activos mas jugosos. Carillon ya había iniciado un proceso para vender sus negocios de construcción internacionales principalmente en países de Oriente Medio. También podía intentar vender su actividad en Reino Unido. Su contrato mas importante es el de la line de alta velocidad de HS2, valorado en 450 millones de libras. Si nadie asume este trabajo sus socios deberán asumir las obligaciones de Carillon.

Mas complicada puede ser la venta de los contratos a servicios a las administraciones públicas. El gobierno podría tener que asumir la gestión de los empleados que trabajan en estos contratos, hasta volver a sacar a concurso las respectivas adjudicaciones.

Los problemas de Carillon saltaron a la luz el año pasado, cuando la empresa admitió que tenia problemas de liquidez por la perdida de varios de sus principales contratos, donde los gastos superaban a los cobros. Para apaliar la situación, la empresa anuncio en verano de 2017 un plan urgente para vender activos por valor de 300 millones de libras y un sondeo entre sus principales inversores para poder ampliar su capital.

Pero el grupo no consiguió vender ni vender sus negocios ni encontrar nuevos inversores dispuestos a comprar nuevas acciones de la firma. El valor de la empresa en la Bolsa de Londres se ha desplomado un 93% en el ultimo año, quedando en 62 millones de libras.

La empresa ha comenzado el proceso de liquidación forzosa y ha suspendido la venta de acciones para evitar que la situación empeore. 

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